Si hay algo que a día de hoy las empresas necesitan desesperadamente es innovar, diferenciarse y ser más competitivas. Lo que en tiempos de abundancia fue casi un lujo, hoy se ha convertido en algo imprescindible, en la diferencia entre tener un futuro brillante o no tenerlo. La cultura de la empresa, el entorno de trabajo o cómo tratamos las ideas son factores que, aunque sutiles, tienen un tremendo impacto en la capacidad innovadora de la empresa.
Y es que se han escrito ríos de tinta sobre los factores que permiten generar una cultura innovadora dentro de la organización o sobre la importancia de que los empleados sean una fuente importante de la capacidad innovadora dentro de la empresa (junto con los clientes), pero la pregunta es si han calado realmente en nuestro interior. Sin duda, una buena planificación estratégica de la innovación es importante, pero…
¿Lo fundamental es focalizarse en crear un mapa o en explorar el territorio de verdad?
La realidad es que tendemos a obsesionarnos con los aspectos más “formales” de la innovación: creamos complejos procesos para las nuevas ideas, diseñamos detallados planes y procedimientos, contratamos sesudos consultores que nos ayudan a crear la estrategia (nada de ello es malo per se, por cierto), pero se nos olvida una de las partes más importantes: ¿estamos siendo capaces de desatar el talento oculto de nuestros propios empleados?
Desgraciadamente la respuesta suele ser no. Bueno, no un “no” absoluto, ya que todo ese entramado procedimental y normativo sirve para canalizar de forma adecuada las innovaciones incrementales, continuistas con el espíritu de los productos o servicios actuales, y que se enfocan en mejorarlos, pero ¿qué pasa con las ideas auténticamente nuevas, con las innovaciones disruptivas que se salen del cauce establecido? (ya sea por su foco, por el modelo de negocio que las soporta o por su uso de la estructura interna). No me canso de decirlo:
No se trata de ser mejor, se trata de ser diferente
En todas las empresas tenemos “intraemprendedores” (del inglés intrapreneurs), personas creativas, inquietas y curiosas que comparten muchas de las características con los emprendedores pero que además se sienten emocionalmente ligadas a su empresa y quieren “cambiar las cosas”. Se trata de perfiles diferentes de los habituales, de “comandos” (si lo vemos desde las oleadas de innovación que pasa una empresa), y que tienen sin duda una característica destacable: son incómodos. No paran de cuestionar las verdades incuestionables, las vacas sagradas… lo que suele convertirlos en inadaptados, en gente que aunque se la tolera debido a su talento natural, tienen las probabilidades de promoción limitadas.
¿Curioso, no? Las personas que realmente podrían tener la clave de supervivencia de la empresa son tratados como parias. Sin pretender ser exhaustivo, me gustaría que pensáramos en la respuesta a las siguientes preguntas:
- Cuando alguien viene con una nueva idea que se aleja de verdad de la zona de confort de la empresa, ¿le escuchamos de verdad y nos planteamos seriamente su viabilidad o la desechamos por no estar alineada con lo que hace la empresa?
- Si alguien viene con una idea interesante y potencialmente revolucionaria (o no), ¿debe rellenar extensos documentos intentando describir exactamente en el futuro y pasar por diversos pasos antes de que realmente alguien valore la idea?
- En el caso de que alguien decida arriesgarse y llevar adelante una idea potencialmente interesante, ¿es castigado por haberse saltado los “canales establecidos”? ¿Aunque tenga éxito?
- Ante la más mínima cuestión, ¿el empleado debe solicitar permiso a su superior consecuencia de una autonomía cuasi-inexistente?
- ¿Quién asciende en la empresa? ¿Los que gestionan más eficientemente o los que crean cosas nuevas de forma ineficiente?
En definitiva, nos deberíamos plantear sinceramente si lo que estamos haciendo es intentar proteger nuestro status quo y seguir operando en la zona de mercado que conocemos y en la que nos sentimos cómodos (aunque sea todo un océano rojo) o si realmente estamos considerando su viabilidad, el impacto de la misma en caso de tener éxito y, en definitiva, su capacidad real de crear valor. Debemos hacer un esfuerzo consciente, claro y absolutamente explícito para hacer aflorar esas capacidades ocultas, dar visibilidad a los “intraemprendedores” durmientes en nuestros equipos, dejar de castigarlos por pensar de forma diferente y hacer preguntas incómodas, y empezar a eliminar barreras, a facilitar que sigan apareciendo nuevos creadores, perfiles como los que indica Iker Marcaide en “The Kind of People that Make Startups Succesful” (aplicable a cualquier empresa, no importa el tamaño).
No se trata ni mucho menos de crear una empresa caótica en la que todo el mundo pueda hacer lo que le dé la gana, pero sí de ofrecer un mayor grado de autonomía y capacidad creadora, de dar la posibilidad de explorar a los empleados, y de equivocarse. Telefónica I+D ha tomado la decisión de dejar 10 viernes libres al año a sus empleados para desarrollar sus propias ideas. ¿Realmente no podemos dejar 10 días al año a nuestro personal? Si creamos un entorno hostil para los empleados “intraemprendedores”, acabaremos encontrándonos rodeados de clones que piensan, se comportan y entienden el mercado exactamente igual que nosotros, lo que puede resultar estupendo para optimizar nuestros procesos, pero sin duda es una grave equivocación si lo que perseguimos es innovar. Recordemos el maravilloso anuncio de Apple, “Think Different”:
Esto es para los locos, los inadaptados,
los rebeldes, los problemáticos,los que van en contra de la corriente
los que ven las cosas de diferente manera.
Ellos no siguen las reglas, y no tienen respeto por lo establecido.
Puedes citarlos, estar en desacuerdo, glorificarlos o satanizarlos,
pero lo único que no puedes hacer es ignorarlos,
porque ellos cambian las cosas…
e impulsan a la humanidad hacia adelante
y mientras otros los ven como “locos”…
nosotros los vemos como genios,
porque la gente que está tan “loca” como para pensar
que puede cambiar el mundo
es quien lo logra.
Foto: ©pinksherbert, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0.
(articulo publicado en “Con Tu Negocio”. Enlace al artículo original)
Pingback: Bitacoras.com
Excelente artículo Javier, comparto la misma idea que describes al comentar que todas las empresas tienen los llamados “intraemprendedores” ,la causa de “no” reconocimiento de estos trabajadores son múltiples según la empresa, pero por lo general, és por la mentalidad anticuada que aún tenemos inculcada en nuestra cultura empresarial…
Gracias Ricardo! Pues tendremos que empujar para que ocupen el lugar que merecen, sin duda son claves para el éxito empresarial…
Este tema es muy importante. Hay muchos estudios realizados en los últimos diez años que demuestran que entre los bloqueos más importantes que la empresas encuentran en el camino de innovación son falta de dinero, tiempo y de habilidad de vincular las ideas a beneficios reales. Al mismo tiempo una los áreas donde menos se innova es el de Recursos Humanos. A mi esto me dice que las empresas pasan de largo del recurso más potente que tienen – las capacidades creativas de sus empleados. Si empresas inventasen una pequeña parte de los fondos que quieren invertir en los procesos de innovación formales, en el desarrollo de capacidades de pensamiento creativo de su gente y en fomento del clima creativo apropiado, resolverían más fácilmente los barreras de la innovación.
Interesante unión de ambos aspectos Irina, no puedo más que estar de acuerdo. El problema es que resulta más complicado gestionar a gente creativa, y que el balance entre hoy y mañana sigue siendo una asignatura pendiente, creo…
Gracias!
Estamos totalmente de acuerdo con tu articulo Javier . Si estas inicitivas y este perfil de personas no son apoyadas desde la dirección y desde la cultura de empresa, es imposible realizar esta innovación interna. En España en general hay mucho miedo al cambio, a personas que funcionen con cierta autonomía. Esperemos que esto cambie!!!
Gracias amigos! Pues que cambie depende de todos y cada uno de nosotros… así que ¡A por ello! :-)
Muy bueno amigo, como siempre. Esa figura del marginado coincide con la visión de Tim Brown en su libro de los verdaderos innovadores, esos marginados en las empresas…hasta ahora. Estoy de acuerdo en todo… solo aportar una frase
“Si al principio una idea no parece absurda, es que no hay esperanza para ella. – Albert Einstein”
Interiorizar esto es complicado… es la clave.
Gracias Juan! :-) Me encanta la frase… y si fuera fácil, ya lo haría todo el mundo y no ganaríamos dinero nosotros, no? :-p
Hola Javier,
Aprendiendo mucho y bien con tu trabajo y con tu blog.
Genial y gran artículo, describe muy bien una realidad que existe en todas las empresas y solo hace falta leerlo para darte cuenta, pues… eso, que cuando criticamos al “jefe” en las cenas de navidad con los compis tiene nombre…se llama “Intraemprendedores”, jeje.
Solo una reflexión (en voz baja) ya que ni soy empresario ni soy contable….pero ¿no te parece raro que si una empresa compra un ordenador eso aparece como activo de la empresa en un balance de situación, mientras que el empleado que lo usa para producir, es realmente un gasto en la cuenta de pérdidas y ganancias? ¿no deberíamos empezar por ahí y considerar la materia gris como activo?.
Gracias!
Jesús González
Gracias a tí Jesus! :-) Es una reflexión extremadamente interesante, y con la que coincido. Entiendo que existen criterios contables (como amortización y demás) que influyen en la denominación, pero eso no lo hace más correcto… porque si hay un activo clave en una organización son las personas (por manida que esté la frase)
Muy buen articulo Javier, siempre me sorprendes y en este hasta me he emocionado, al verme reflejado jajaja
intraemprendedores, ya se como describirme, totalmente reflejado, he echo las practicas en una empresa, y en dos semanas termino y no continuo en ella.
Y soy la mosca cojonera que da mas trabajo, que hace inventos raros invendibles, y al que se lo dejan todo para mañana y no avanza.
Me he ganado motes como MacGyver, el carpintero san jose,etc,
Llega un momento en el que dejas de dar ideas y de hacer hasta cosas, porque ves que cada uno va a lo suyo, su comodidad y no complicarse la vida.
y lo de trabajar en equipo, me gustaría verlo
Es la mentalidad de trabajo por trabajo y tira para delante.
Sigue escribiendo Javier
un saludo
Afortunadamente siempre hay pepitos grillos en todas las organizaciones (https://javiermegias.com/blog/2012/01/descripcion-de-puesto-de-pepito-grillo-una-figura-clave/)… la lástima es que, en lugar de ser un trabajo muy valorado, resulta algo denostado.. paradójico, no?
En fin, el dia que te des cuenta que te has doblado, que ya no quieres “complicarte la vida” y que te acomodas en el status quo es el dia que debes plantearte un cambio :-)
Saludos y gracias!
Un gran artículo, que refleja mi situación actual en la empresa donde trabajo y en la cual intento desarrollar mi carrera profesional, pero en la empresa soy lo que comunmente se llama una “toca huevos”. Quizas deba plantearme ciertos cambios en mi vida profesional, porque según tu artículo tampoco me depara un buen futuro.
Gracias por definirme con una palabra mucho más técnica “Intraemprendedora”, lo de “toca huevos” suena fatal
Marta
Jejeje, estoy de acuerdo que el titulo es mejor. :-)
No desfallezcas, Marta! Lo que haces tiene un valor tremendo que posiblemente tu empresa todavía no valora pero que sin duda echará de menos si la dejas..
Estimado
Recibe mi saludo
me pareció muy interesante el artículo,me gustó mucho la última frase; ” esto es para los locos, los inadaptados….
me gustaría consultarte si hay en algún vídeo donde se muestre la importancia de estas personas, o de las personas en general dentro de las empresas.
gracias
atte Luis
Pingback: Participación, liderazgo y trabajo en equipo; claves en la gestión del talento y la innovación | HumanLab
Pingback: Anónimo
Pingback: Innovando desde la cuerda floja. 5 motivaciones para salir de la zona de confort.
Pingback: Intraemprendimiento, clave en el futuro de la empresa | Estrategia, Startups y Modelos de negocio
Pingback: Intraemprendimiento, clave en el futuro de la empresa | Nichos de mercado en Internet
Pingback: No seas tan narcisista con tu idea de negocio | Blog de Manuel Guillermo Silva
Pingback: Por qué deberías convertirte en intraemprendedor, contado por intraemprendedores
Pingback: Per què hauries de convertir-te en intraemprenedor, explicat per intraemprenedors
Pingback: Los 10 mejores post de 2015 en Sociedad de la Innovación
Pingback: INTRAEMPRENDIMIENTO, CLAVE EN EL FUTURO DE LA EMPRESA – Consúltanos