Mentores, advisors, gurús y otras criaturas del ecosistema emprendedor

Mentores, advisors, gurús y otras criaturas del ecosistema emprendedorUna de las figuras potencialmente más decisivas para tu startup es la del mentor, esa persona que gracias a su experiencia, conocimiento del mercado, contactos o capacidad operacional puede suponer una enorme diferencia en tu camino al éxito… pero ¿son todos los mentores iguales? ¿Cómo gestionar la relación con él? ¿Qué otras figuras hay que debas conocer?

Para abrir boca, vale la pena leerse el tweetstorm de hace unos días de Andrew Chen, en el que resume muchos de los problemas que vamos a comentar:


LO MALO

Primero vamos a analizar los aspectos negativos de este tipo de figuras, que podríamos resumir con esta conocida frase:

En el lejano oeste los que se forraron no fueron los que fueron a buscar oro… sino los que vendían las palas

Como en cualquier mercado donde existen altos potenciales de rentabilidad, y en el que hay personas que no tienen mucha experiencia en él, se ha creado una industria de apoyo cada vez más poblada… lo cual no es necesariamente malo per se. Mientras las “palas” que se vendan sean de buena calidad, todo perfecto.

El problema es cuando esos mentores son consultores reciclados de otros sectores ahora en declive o gurús que lo más cerca que han estado de una startup es viendo la fantástica serie Silicon Valley y que insisten en amoldar el camino de la startup a sus conocimientos, y no al revés.

Sus consejos y planteamientos son calcos palabra por palabra de los libros y metodologías de moda (¿alguien ha dicho Lean Startup?), e insisten en aplicar una serie de consejos estilo galleta de la fortuna (“Antes de escalar valida tus hipótesis”) que, aunque correctas en el fondo, no ayudan a aterrizarlas a la realidad de la empresa y por tanto son inútiles (¿pero eso que quiere decir para mi?)

El problema, que a veces sólo es posible identificar cuando ya se está en “harina”, es que estos advisors molones no soportan el contacto con la realidad, y sus consejos de gurú se demuestra que no tenían pies ni cabeza… y tras eso o se desentienden o insisten en que es la realidad la que debe amoldarse a lo que ellos han recomendado (sic, es cierto).


Otro tipo de mentor típico, sobre todo en fases iniciales, es el directivo con experiencia en la industria que estamos atacando, y que nos ofrece sobre el papel contactos, experiencia real y la capacidad de acelerar nuestro desembarco en su mercado… pero a cambio de un porcentaje de la empresa (lo cual no es malo per se). El problema es que muchas veces, una vez tiene el equity nadie lo vuelve a ver (está muy liado).

Y es que uno de los aspectos más complicados de cerrar con estos advisors es una serie de objetivos concretos (no necesariamente de negocio, pero si al menos de dedicación real o de implicación)… y si encima estamos planteándonos retribuirlos con equity (acciones de la empresa), más aún (algunas ideas sobre cómo hacerlo más adelante).

LO BUENO

Por definición, uno de los aspectos más decisivos a la hora de tener éxito en cualquier negocio es contar con el conjunto de experiencias, conocimientos y capacidades adecuadas para llevarlos a cabo… y desgraciadamente cuando estamos en las primeras fases de cualquier negocio, tenemos mucha necesidad de ellos pero poca capacidad para retribuirlosalgo donde un buen mentor puede ser decisivo.

Otro escenario donde a menudo son muy valiosos estos perfiles es a la hora de resolver un desafío o problema concreto, ya sea a nivel de la evolución de negocio (¿quien me puede ayudar a escalar internacionalmente?) o a nivel de mercado (¿cómo abro el mercado X?)… necesidades que se manifiestan en cualquier fase de madurez.

Siempre he pensado que un buen advisory board debe tener forma de “T”, y el tipo de ayuda que pueden prestar cambia de forma relevante:

  • Advisors “horizontales”: Personas con experiencia construyendo negocios y haciéndolos crecer hasta fases posteriores. Típicamente emprendedores que han vendido sus empresas o que, aun no habiéndolo hecho, han demostrado en sus empresas actuales que son capaces de hacer lo que tu necesitas. Suelen ser muy útiles para ayudarnos en escalar el negocio, montar un equipo de ventas, cultura de equipo y contratar, entre otros
  • Advisors “verticales”: Profesionales con experiencia contrastada en el mercado que piensas atacar, que entienden perfectamente sus reglas (tácitas y explícitas) y que además están muy bien conectados… enormemente valiosos a la hora de evitar errores “de novato” (aunque a veces el ver un mercado con ojos virgenes nos permite detectar errores que para el resto son invisibles, ojo).
    En este caso son muy útiles aportando el conocimiento y experiencia sobre cómo funciona una industria, y sus reglas no escritas… así como identificar contactos y ayudarnos a cerrar reuniones.

En ambos casos, buscamos a personas comprometidas, con experiencia probada y sobre todo que no es fácil conseguir su apoyo (si un advisor aparece en 15 presentaciones de inversores, seguramente su involucración/valor no sea demasiado alto).

Además de todo lo anterior, que un advisor haya decidido comprometerse con tu empresa es una señal muy valiosa al mercado, especialmente en fases iniciales… pero ojo, lo primero que te preguntarán es qué tipo de relación tenéis y cómo está gestionada. A veces se considera recomendable que inviertan en la empresa (tiene que ver con garantizar un compromiso), pero también es razonable otros modelos (retribución con dinero o con equity) siempre que esté perfectamente gestionada la relación.

ASPECTOS A TENER EN CUENTA

  1. CONTROL: En mi opinión ABSOLUTAMENTE SIEMPRE debemos diseñar un sistema de control claro, conocido por ambas partes y objetivo para regular la relación, en la que la retribución (equity o dinero) se obtenga mientras se cumplan estos hitos… que además de una duración determinada pueden incluso ser simplemente tener x reuniones al mes.

  2. DURACIÓN: Hilándolo con el punto anterior, es poco habitual tener advisors que nos vayan a servir para siempre, y sus consejos perderán relevancia a menudo que avancemos (porque no tienen experiencia en esa fase o porque sus conocimientos aplicaban al mercado X y no al Y. Tal como sugiere Andrew Chen en el tweet con el que iniciábamos el artículo, vale la pena definir a priori un periodo que tiene que cumplirse para que se consiga la retribución… y que tradicionalmente ha sido de 2 años pero que puede ser útil pensar en periodos más cortos (¿6 meses?) para procesos de advisory más concretos

  3. INFALIBILIDAD: Aunque a veces resulte obvio, los consejos de tus advisors son sólo eso, consejos… basados en su experiencia y que funcionaron bien en su contexto. Sin duda hay que escuchar a todos los mentores que tengamos antes de tomar una decisión, pero no sólo la decisión sino la responsabilidad sobre sus resultados (buenos o malos) es solo tuya.

  4. FASE: Hilándolo con el punto de la duración, periódicamente deberíamos cuestionarnos si los mentores que tenemos son los mejores para la fase en la que estamos… porque que alguien fuera tremendamente valioso y decisivo en la fase semilla de nuestro negocio no implica automáticamente que su valor vaya a mantenerse igual en fases posteriores.

  5. CONFLICTOS: Es extremadamente importante que un buen mentor/advisor tenga un código ético muy claro con el que operar, lo que implica que no sólo debe llevar un cuidado exquisito en lo tocante a confidencialidad sino en posibles conflictos de interes (p.ej. en el trabajo con compañías que son competencia directa)

  6. RETRIBUCIÓN: Uno de los aspectos más espinosos es cómo retribuir a los advisors, ya que tanto la forma como los sistemas de control que pongamos serán claves para el éxito de la relación:

  • Retribuir con EQUITY: Tristemente es una de las formas más habituales, y controvertidas. Se trata de ceder desde el primer momento acciones de nuestra empresa por algo que esperamos recibir… lo que de entrada no parece una gran idea. No es mala per se si hemos diseñado sistemas de control, aunque es fácil que inversores posteriores te pregunten: “¿Por qué no me regalas a mi las mismas acciones? ¿No crees que vaya a darte el mismo valor?. Sin entrar si es el caso o no, es algo complejo de gestionar correctamente

  • Retribuir con DINERO: Aunque a veces no es una opción que contemplemos dada la eternamente escasa caja de nuestra empresa, no tiene por qué ser una mala opción, si el valor que recibimos es superior al coste (ya lo decía Machado, “Sólo un necio confunde valor con precio”). El hecho de contar con un asesor externo al que le paguemos es una opción perfectamente válida y habitual (siempre y cuando aporte valor, claro).
  • Retribuir con VARIABLE: Un caso concreto para mentores o advisors que nos prometen que nos van a abrir muchas puertas, y donde a menudo es buena atar la retribución (puede ser dinero o incluso equity) a la materialización de esas oportunidades

He intentado ofrecer una visión sensata e imparcial de la conveniencia de tener mentores en tu empresa… pero al final, para mi una de las preguntas más claras que hay que hacerse es qué tipo de mentores quieres:
¿Buscas mentores que te digan qué tienes que hacer o mentores que te ayuden a encontrar tú mismo tus propias respuestas? Los mejores (en mi opinión) te hacen preguntas interesantes

¿QUÉ OPINAS?


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12 comentarios en “Mentores, advisors, gurús y otras criaturas del ecosistema emprendedor

  1. Hola Javier!
    Muy interesante lo que planteas, el ecosistema emprendedor necesita de mentores de los buenos, no de los que van de gurús y no se adaptan al rumbo de la startup como comentas en el artículo. Y encima “ponen la mano” a final de mes.
    Respondiendo a la última pregunta que planteas, sí, sin duda el buen mentor es que da herramientas y abre puertas y mente para conseguir lo que se desea por méritos propios, no el que te dice lo que tienes que hacer.
    Una vez más, enhorabuena por los posts que escribes.
    Un saludo!

    • Gracias Chus! Me alegro que se haya comprendido, creo que los “buenos” mentores son algo super necesario y que pueden ayudar a las startups… pero es importante saber identificarlos y sobre todo gestionar bien la relación
      Te sigo leyendo en tu newsletter :-)

  2. Gracias por el post MAESTRO y TOCAYO, fue un placer verte hace pocos días en Almería.

    Apuesto por los mentores que hacen preguntas, no dirigen compañías y tienen claras las reglas del juego

    FUERTE ABRAZOTE

  3. Gracias por la reflexión, Javier.
    Creo que lo que necesitamos son copilotos, no gurús.
    Un copiloto es un miembro de tu equipo y hace el viaje contigo. Un gurú te aconseja en abstracto desde la distancia.
    El copiloto está implicado y comprometido con el éxito del viaje. El gurú lo lamentará mucho si te estrellas, pero desde la distancia, sin sufrirlo.
    Tu copiloto te advierte de los peligros y te anuncia las posibilidades en el momento que se van a producir porque viaja contigo. El gurú te enseñó el mapa del terreno.
    Y, contestando a tu pregunta, me gustaría un copiloto que sepa distinguir cuándo decirme qué debo hacer y cuándo hacerme una buena sugerencia para debatir.
    Un abrazo.

    • Muchas gracias por el comentario Arturo, me ha gustado mucho el símil, creo que es enormemente acertado.
      Abrazo

  4. Hola Javier,

    Interesante reflexión. Es cierto que tiene que doler dar parte de tu empresa a un advisor, pero como dices, si aporta el suficiente valor supongo está justificado.

    Lo que veo es difícil encontrarlos y que acepten. Si que he visto, como también has mencionado, advisors que han invertido (Business Angel) que han invertido en la startup en cuestión, por ejemplo mission box.

    Un saludo.

  5. Es muy importante lo que dices con respecto a los mentores si logramos ser muy analíticos y buscar lo que en verdad necesitamos podemos llegar a encontrar alguien relevante en nuestra industria que nos analice y nos aporte grandes cosas para mejorar nuestras empresas
    Javier gracias por este espectacular articulo de nuevo es muy util para los que estamos emprendiendo…

  6. Hola Javier, excelente artículo! Como experto en startups qué crees que los emprendedores buscan de un mentor o asesor? Es decir, cuál es la principal razón por la que contratarían un asesor?
    Gracias por toda la información compartida en tu blog!
    Noelia

  7. Hola Javier, fantástico artículo del escenario de los emprendedores. En este teatro hay creo dos muy diferentes: uno, el que brilla, sale en prensa y que le llueve el dinero en las rondas de financiación (meritazo por su parte), y es donde aparecen los gurús, y los “tiburones” como dice un amigo mío… y otro que son emprendedores con pocos recursos, que quizás no están demasiado formados, pero que ponen todo su esfuerzo en sacar su proyecto adelante y dar trabajo a otras personas.
    Creo que la figura de “copiloto” ( me ha encantado Arturo :-) ) sería muy necesaria en muchos proyectos. Es una buena manera de minimizar el riesgo que suponen los dos primeros años de un proyecto.¿Quizá reduciría esa tasa tan alta de fracaso?
    En cualquier caso,ahorrar tiempo, conocer los tiempos de desarrollo de los proyectos, experiencia multidisciplinar y buena voluntad es la parte que yo aporto a los proyectos en los que trabajo como “copiloto”. La otra parte es que el emprendedor conozca su negocio y quiera aprender y aplicar… y cuando ves que es eso lo que sucede, que el proyecto va adelante, y que ayudas a crecer a esos CEO, entonces es cuando te das cuenta de que tu trabajo vale la pena.
    ¡Enhorabuena Javier y gracias!

  8. Hola Javier, totalmente de acuerdo, en cualquier viaje es difícil elegir a tu compañero, fíjate blablacar los filtros que pone! y para un viaje corto en coche…
    Creo que depende mucho de la ética de cada uno (advisor/mentor…), de sus objetivos y sus valores y eso normalmente no se aprecia a simple vista, ni siquiera con una entrevista. Creo que vale la pena leer reseñas sobre esta persona (linkedin es un buen lugar) o preguntar a sus conocidos o personas que hayan trabajado con él/ella. Luego déjate llevar por tu instinto o química que suele ser buen consejero.
    Lo de pagar justos por pecadores está muy manido pero ocurre.

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