No te tires a la piscina… de cabeza

salto-piscina-emprender-idea-tirarse-cabezaMuchos hemos aprovechado estas vacaciones para relajarnos y descansar de la rutina diaria… pero también para cuestionarnos nuestra vida. Reflexionar sobre lo que somos y sobre lo que nos gustaría ser… y a menudo lo que vemos no nos gusta: un trabajo que no nos llena, una situación personal aburrida y un estilo de vida diferente al que nos gustaría tener.

Vamos, que nos sentimos fuera de lugar. Y hay una vieja idea que nos ronda la cabeza desde hace tiempo, que nos llena de ilusión y ánimo nada más pensar en ella y a la que nos encantaría dedicarnos.

Pero en lugar de hacer algo al respecto, de dar un paso adelante y empezar a cambiar nuestra vida, intentamos racionalizar nuestra situación, justificarla e intentar relegar nuestra idea a la categoría de los sueños inalcanzables. A los “quizás en otra vida”.

Intentamos auto convencernos de que no existen más opciones: De que ahora no es el mejor momento para hacer cambios en nuestra vida. De que la coyuntura socioeconómica es demasiado negativa para intentar algo nuevo. De que ya somos demasiado mayores. O demasiado jóvenes. O de que no tenemos suficiente dinero.

Y todo eso es cierto, sin duda. Pero las circunstancias perfectas no existen. Nunca va a ser el momento perfecto para tirarte a la piscina y perseguir tu idea… así que no lo hagas. En lugar de ver la vida como un todo o nada, empieza a pasitos. Pasitos cortos de bebe. Un pie detrás del otro.

Tu gran idea puede que sea revolucionaria, y que vaya a cambiar el mundo… o puede que no. Así que, en lugar de tirarte desde el trampolín más alto a una piscina que no sabes qué profundidad tiene, sin más protección que tu fe (algo que da a terror hasta al más pintado), hazlo al revés.

Mete un pié en el agua primero. Mira a ver si la temperatura es correcta y estudia su profundidad. Habla con posibles clientes, y analiza sus reacciones. Obsérvalos, entiende su contexto. Averigua cómo están resolviendo sus problemas a día de hoy. Descubre qué les “duele” y porqué.

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Y todo esto sin dar el salto mortal, sin dejar tu trabajo actual. Luego da un salto desde el borde de la piscina. Mira a ver cómo te sientes y si realmente se te da bien saltar. Si el agua está fría. Prepara un prototipo y dáselo a probar a los clientes potenciales. Observa cómo interactúan con él. Haz consultoría gratis al principio para aprender más sobre tus clientes. Y si finalmente todo encaja, sube al trampolín y da el salto. Pero sabiendo cómo es la piscina, que profundidad tiene y a qué temperatura está el agua.

El camino sin duda será muy duro, teniendo que compatibilizar dos actividades. Tendrás que trabajar 14 horas diarias en algo que puede o no puede salir… pero si finalmente decides no saltar, que no sea por las típicas excusas derivadas del miedo. Que sea porque lo has intentado, te lo debes a ti mismo. Recuerda una de las mejores definiciones de emprendedor:

“Un emprendedor es aquella persona que acepta vivir unos años como nadie lo haría para poder vivir el resto de su vida como la mayoría no podría”

La decisión está en tu mano. Pero no pongas la excusa de que es demasiado riesgo, porque aunque sin duda la incertidumbre existe, también existen métodos para reducir los riesgos. Será un camino más lento y más duro, pero en cualquier momento podrás dar la vuelta. Piensa en ello.

  ¿QUÉ OPINAS?

(Post publicado originalmente en VLCNews)

18 comentarios en “No te tires a la piscina… de cabeza

  1. ¿Opinar? Me encanta la definición de emprendedor. Pero un emprendedor con hijos no puede pasar 14 horas trabajando… pero dedicando 10 horas a crear y 4 horas a disfrutar de tu familia también se puede emprender, soñar y lograr pequeños pasos. De momento he montado mi blog … para conectar con emprendedores deportistas y con hijos. Y a nadar!
    Gracias Javier.

  2. Pues pienso que no tiene nada que ver con la visión del emprendedor que mayormente se está dando, pero me gusta y es mucho más racional.

    Emprender es resolver incertidumbres, no vivir en la incertidumbre.

    Saludos,
    José Antonio

  3. Hola Javier

    Tu pregunta me recuerda a aquella “estrategia del pingüino“, según la cual las colonias de dichos animales esperan en la orilla y se debaten indecisas entre tirarse al agua o esperar a algún voluntario que lo haga primero y certifique que no hay peligrosas orcas al acecho. Siguen a rajatabla las tres máximas siguientes:

    1. No seas el primer pingüino en entrar al agua.

    2. No seas el único pingüino en el agua.

    3. En caso de duda, pregunta a un pingüino que ya esté mojado (que acabe de regresar del agua) ;-)

    El problema de esta estrategia es que si bien minimiza el riesgo de pérdida, también lo hace con el de ganancia.

    Hay mercados donde el ganador se lo lleva todo (“the winner takes it all”). El que llega primero consigue unas economías de escala que actúan de potentes barreras para potenciales nuevos competidores (ej: Amazon). O establece un efecto red por el cual el mayor número de usuarios que utiliza sus servicios constituye un reclamo para futuros clientes (ej: las operadoras de telefonía con tarifas especiales dentro de su red, las plataformas de juego online).

    Sin embargo también son numerosos los ejemplos de productos que se adelantaron a su época y sin embargo (o precisamente por ello), constituyeron sonados fracasos. Un ejemplo es el Apple Newton, precursor de las PDA’s que allá por 1993 ya daba sus primeros e infructuosos pasos.

    Decía el jugador de hockey sobre hielo Wayne Gretzky que “los buenos patinadores juegan donde está el disco, los jugadores excepcionales donde saben que va a estar”. El problema es que puede que creas que se va a seguir jugando sobre hielo y resulte que te hayan cambiado la superficie por césped. Como en las inversiones financieras en entornos de incertidumbre, riesgo y potenciales ganancias son dos caras de la misma moneda.

    ¿eres pingüino o te atreves a tirarte al agua?

    marketingstorming.com/2013/08/13/la-estrategia-del-pinguino/

    • Si todos hicieran lo que dices, habría mas muertos en accidentes de emprendeduría que de carretera y los gobiernos tendrian que realizar campañas de concienciación.

      Lo que entiendo de lo que comenta Javier, es que seas el primero en meterte al agua, pero primero mete el dedo gordo del pie. Si se te congela, descarta meter el cuerpo entero.

      Además, lo que comentas puede valer para el 1% de los casos, la mayoría, el 99%, que a la postre son la base de la economía y lo que la hace fuerte, no necesita jugarse la vida en cada emprendimiento que haga.

      Eso vale para inversores y para gente que quiera el todo o nada, sin nada que perder. No a la sociedad ni a la mayoría de emprendedores.

      Aparte que tu ecosistema no es el mismo que el americano, ni te da medios para ello.

      Quede claro que me he apuntado a tu blog. Me parece muy interesante el enfoque que le das, aunque no comparta tu pinguino ;-)

      • Hola José Antonio

        Yo abría un debate, no abogaba por lanzarse en tumba abierta. Ser “pingüino” en muchos casos es la mejor estrategia, no te lo discuto. Tan solo ponía en una balanza puntos a favor y puntos en contra.

        En esto, como en todo, aplicarse las “cuatro virtudes cardinales” de Platón: Justicia, Prudencia, Templanza y Fortaleza.

        Un enfoque interesante es manejar los riesgos como lo hacen los profesionales que se dedican a ello (los gestores de fondos), haciendo una aproximación “de cartera”. Hace poco de hecho trazábamos un paralelismo entre las recomendaciones que Daniel Lacalle hace para decisiones de inversión y el mundo del desarrollo de negocio:

        1. Compra lo que entiendas: Opera en mercados que conozcas.

        2. No compres una acción por su valor y la aguantes por su dividendo: Entiende bien la naturaleza de cada producto dentro de tu portfolio. Unos aportarán gran rentabilidad, otros gran crecimiento en ventas, algunos servirán para absorber costes de estructura,… objetivos muy loables todos ellos pero diferentes.

        3. Fíjate en los números, no en las opiniones: Analiza los resultados, no caigas en sesgos cognitivos clásicos.

        4. Las recomendaciones son gratis: O como se dice en Marketing “no me digas lo que comprarías, enséñame mejor el ticket de lo que compraste”.

        5. Piensa cuánto puedes perder antes de pensar cuánto puedes ganar: Deja a un lado los “cuentos de la lechera” y realiza análisis de sensibilidad de diferentes escenarios según variables macro del mercado e internas de tu empresa.

        6. Si buscas invertir a largo plazo, escala tus apuestas: Si vas a entrar en nuevos segmentos de mercado, asegúrate de tener un músculo financiero suficiente que te permita aguantar el tirón de los hipotéticos malos resultados iniciales.

        7. Cuidado con la teoría del “tonto mayor”: No hagas aquello de “que viene el lobo, que viene el lobo”. Entrega al cliente siempre más de lo que prometes, nunca al revés.

        8. Hay valores baratos porque lo merecen: Del mismo modo hay “océanos azules” que realmente son pozos negros. Si nadie opera en esos mercados quizá es que no hay forma de capturar y entregar valor de forma rentable.

        9. Compra un valor por lo que es, no por lo que al equipo directivo del banco le gustaría que fuera: Analiza con justicia la propuesta de valor de tu producto e identifica su posicionamiento objetivo con respecto a la competencia.

        10. Busca la alineación de intereses corporativos con accionariales: Trabaja con clientes y proveedores cuyos intereses a medio plazo estén alineados con los de tu empresa.

        Saludos

        • Es que no es ser pinguino. Al final las incertidumbres las asume uno, no espera a que las resuelva el vecino, pero lo hace transformandolo en pequeñas incertidumbres, en vez de asumirlas todas a la vez y el 80% de probabilidades de no sobrevivir en el intento.

          De cualquier modo, creo que estamos de acuerdo en que hay diferentes estrategias para diferentes tipos de proyectos y de mercados. Lo que pasa que creo que la cosa esta sesgada. Se ‘expone’ mucho la teoría del todo o nada en los medios, en los inversores, etc. creando una imagen sesgada al emprendedor.

          Estamos creando saltadores al vacío, cuando no siempre es necesario (en la mayoría de casos opino) y encima, cuando no tienen un ecosistema que les ayude.

          • Campañas de concienciación para que la gente emprendiera con precaución, menuda locura de sociedad

  4. Ser emprendedor es enfrentar retos sin miedo, es una actitud principalmente que se hace, cuesta un poco al principio. Ser emprendedor necesita de la autodisciplina de completar los objetivos sin excusas. El dinero no debe ser obstáculo para lograr el cometido. El emprendedor debe ser perseverante y sobre todo insistente. Debe ser hábil para cambiar el rumbo rápidamente y tomar decisiones con seguridad. Y debe cultivar la paciencia y la disciplina que son las madres de llegar a las metas.
    Sr Intelligenius

  5. Ciertamente es un contexto en el que muchos nos encontramos. Lo descrito sintetiza en buena nedida lo que día a día vive cada emprendedor(a). Lo bueno, como mencionas en tu brillante artículo es que siempre existen opciones, y que a pesar de la poca claridad que se tenga de lo que se avecina, siempre podrá manejarse con buen control los momentos de apremio. Un gran saludo.

  6. En realidad, lo que esta ocurriendo es que se esta animando a que todo el mundo emprenda y a que asuma riesgos para hacer el próximo Facebook.

    La sociedad esta loca AHORA.

  7. Pingback: El peligroso principio que une siempre emprendimiento con lanzarse sin red | Finanzas economia

  8. Me encanató la frase “Un emprendedor es aquella persona que acepta vivir unos años como nadie lo haría para poder vivir el resto de su vida como la mayoría no podría”. Creo que la metáfora de la piscina y el emprendimiento está explicado de una excelente manera. Hay que tener en cuenta de todas maneras que a pesar de ir entrando de manera paulatina nos mitiga algunos riesgos, es muy difícil saber la verdadera profundidad de la piscina hasta estar en ella. Además es bueno ser consciente que al saltar en la piscina podemos salpicar a otros, los efectos colaterales también deben ser considerados, los impactos sobre la familia, los amigos, la vida social, el estudio y demás aspectos.

    Saludos,
    ideastranquilas.blogspot.com

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