¿Qué tener en cuenta al lanzar una startup… si no eres Chuck Norris?

Lanzar una startup al mercado es un proceso duro y complicado, rodeado de incertidumbre… si no eres Chuck Norris, claro. Desgraciadamente hay muchos emprendedores con complejo de Chuck Norris que ponen en marcha sus negocios como si su único trabajo fuera ejecutar disciplinadamente un plan predefinido. ¿Sensato? Yo creo que no.

SI ERES CHUCK NORRIS…

1. EQUIPO: Chuck Norris no necesita un equipo. El sólo es capaz de crear el producto, establecer la campaña de marketing y lanzarlo al mercado… y todavía tiene tiempo para romper algunas piernas.

2. INCERTIDUMBRE: Incertidumbre es lo que tienen los que no son Chuck Norris. Porque Chuck Norris no lanza startups. Lanza multinacionales.

3. PLANIFICACIÓN: Chuck Norris hace el business plan de un tirón… y no se equivoca ni en un céntimo en las previsiones a 5 años. NUNCA

4. CLIENTES: A Chuck Norris jamás le ha hecho falta hablar con los clientes, lo que él crea es perfecto. Y punto.

5. EJECUCIÓN: Chuck Norris no necesita validar sus hipótesis ni hacer experimentos. Lo que el piensa se convierte en realidad. O hay consecuencias.

6. BARRERAS: Chuck Norris no necesita establecer barreras de entrada porque no tiene competidores… vivos.

7. VENDER: Chuck Norris no vende. Los clientes hacen cola para comprarle.

8. SOPORTE: Los productos de Chuck Norris no necesitan soporte, son perfectos. Una vez un cliente fue a preguntar… y fue lo último que hizo.

9. MEDIR: Chuck Norris no mide los porcentajes de conversión. Son los porcentajes de conversión los que hacen lo que quiere Chuck Norris.

10. PIVOTAR: Chuck Norris no pivota su modelo de negocio. Es el mundo el que pivota para adaptarse a su modelo.

SI NO ERES CHUCK NORRIS…

Desgraciadamente Chuck Norris sólo hay uno, así que si no eres Chuck Norris posiblemente deberías plantearte hacer las cosas de otra forma más sensata:

1. EQUIPO: El modelo “Juan Palomo, yo me lo guiso yo me lo como” no tiene futuro. Aunque puedes empezar sólo, más te vale rodearte pronto de gente competente que crea en el proyecto y que complemente tus debilidades… porque si no va a ser un camino muy corto.

2. INCERTIDUMBRE: Prepárate para una de las épocas más duras de tu vida (y más bonitas también), ya que sufrirás la famosa “montaña rusa del emprendedor”… pero no desesperes. Tienes que aprender a convivir con la incertidumbre, y al final quien sabe, quizás hasta te parezca divertida.

3. PLANIFICACIÓN: Seamos sensatos, a menos que tengas poderes para ver el futuro tu plan de negocio es un conjunto de suposiciones más o menos sensatas sobre lo que esperas que suceda en los próximos años. Lo importante no es el plan en si, sino la reflexión a la que te obliga el proceso.

4. CLIENTES: Construir el producto perfecto es lo más peligroso que puedes hacer… porque ¿es perfecto para ti o para tu cliente? A menos que esperes que tu madre compre toda la producción de lo que hagas, esfuérzate por entender qué necesita realmente tu cliente e intenta resolver sus problemas.

5. EJECUCIÓN: Tu modelo de negocio está plagado de hipótesis sobre lo que crees que necesita tu cliente o cómo lo quiere…. así que mejor sal pronto al mundo real y valida con él si realmente vas por buen camino o vale la pena volver atrás.

6. BARRERAS: Si todo sale bien rápidamente aparecerá competencia. ¿Has pensado qué características de tu producto o de tu modelo de negocio van a generar barreras de entrada para ellos? ¿Qué es lo que va a hacer que tus clientes sigan fieles a ti?.

7. VENDER: No importa lo estupendo ni maravilloso que sea tu producto, vas a tener que salir a vender. Y lo debes hacer tú, por poco que te guste… porque en el proceso aprenderás muchísimas cosas que ni siquiera habías imaginado. Y más adelante cuando tu proceso de venta sea repetible podrás delegarlo o subcontratarlo, pero no ahora.

8. SOPORTE: Al principio la función de soporte en una startup es crítica, aunque tendemos a despreciarla… porque a través de éste canal los clientes te van a dar feedback y se van a quejar, algo muy valioso de lo que aprender, ya que se trata de clientes que se han tomado el tiempo de hacerlo… ¿por qué?

9. MEDIR: A menudo en las startups tendemos a no medir, o peor todavía, a medir cosas que no te ayudan a mejorar…. algo absurdo porque ¿cómo vas a tomar decisiones sensatas sin datos?. Debes comprender perfectamente cómo funcionan los embudos de captación de clientes y las métricas clave de tu modelo.

10. PIVOTAR: Probablemente llegará un momento (esperemos que pronto) en el que descubras que el modelo que tenías en la cabeza no es el más apropiado para explotar tu proposición de valor. Ha llegado el momento de reenfocar nuestro rumbo y pivotar (algo que de media una startup hace 2,7 veces) hacia un mejor modelo de negocio.

Con éste post tan absurdo pretendía poner de relieve que a veces lanzamos nuestras startups “a pecho descubierto” y asumiendo que lo sabemos todo y que somos capaces de todo… una mala idea en mi experiencia.

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