Si hay un problema que preocupa a empresas grandes y pequeñas es el agotamiento de sus modelos de negocio, que poco a poco van dando síntomas de estancamiento… sin embargo, dentro de todas las organizaciones existe un tipo especial de empleado que no se contenta y que está dispuesto a aportar ideas y trabajar en ellas: los intraemprendedores.
Aunque suelen ser perfiles complejos de gestionar, como más adelante veremos, la realidad es que se trata de uno de los activos más valiosos de cualquier organización, ya que no sólo son capaces de adaptarse al cambio, sino que ellos mismos lo promueven… lo que a medio/largo plazo puede ser la diferencia entre un declive progresivo de las ventas o una nueva y prometedora línea de negocio que salve la empresa. Sin duda es una buena idea innovar a través de los intraemprendedores, como ya discutimos hace algún tiempo.
Un intraemprendedor reúne lo mejor de ambos mundos: es un empleado comprometido que está dispuesto a aportar ideas y emprender dentro de la empresa
Lo más sorprendente de este tipo de personas es que se sienten identificadas con la cultura de la empresa y hacen suyos los objetivos corporativos, en lugar de optar por abandonar la empresa y lanzar su idea de forma independiente y por su cuenta… es decir, se trata de personas que reúnen lo mejor de ambos mundos: son emprendedores dispuestos a poner toda la carne en el asador, sin miedo a crear algo nuevo y arriesgarse, y a la vez son empleados comprometidos con la empresa ¿se puede pedir más?
¿QUÉ FACTORES DEFINEN A UN INTRAEMPRENDEDOR?
Sin embargo, y a pesar de que el intraemprendimiento (del inglés intrapreneurship) es posiblemente uno de los factores más decisivos en el éxito futuro de una empresa, y que desde la dirección de empresa se quiere potenciar, la realidad es que en la práctica no sólo se ignora sino que a menudo se “persigue” a éste tipo de perfiles. ¿Por qué?
- Son personas críticas con la forma establecida de hacer las cosas, y no aceptan los “siempre se ha hecho así”
- Suelen tolerar mal la creciente burocracia que impera en las empresas, y buscan (y encuentran) formas de saltársela
- No tienen miedo a decir lo que piensan, lo que los convierte en empleados “incómodos”
- Son flexibles y ágiles, y valoran por encima de todo los actos (contras las “medal*]}*las”)
- Están comprometidos con el futuro de la empresa, no con los objetivos particulares del reino de taifas creado por su superior directo.
- Tienen entusiasmo y ganas de cambiar, y no perciben el cambio como algo negativo sino como una oportunidad
- Aunque pueden tener cualquier “antigüedad”, suelen ubicarse en el tramo donde ya conocen bien la empresa y sus procesos pero todavía no han perdido la ilusión (algo que, aunque depende mucho del carácter, pasa antes o después)
Hace ya algún tiempo hablábamos de la importancia de poner un Pepito grillo en cada empresa, y como en aquella ocasión, debemos superar nuestros recelos y miedos y atrevernos a explotar el talento oculto en nuestra empresa, por complicado que esto sea.
¿CÓMO PODEMOS POTENCIAR EL INTRAEMPRENDIMIENTO?
Lo primero que debemos tener claro es que el intraemprendimiento, al igual que la innovación, no se “crea” en vacío, ni mucho menos. Lo sepamos o no, ahora mismo hay decenas de intraemprendedores dentro de tu empresa, que informalmente están creando o mejorando productos y procesos de tu empresa, a menudo en su tiempo libre.
De lo que se trata es de ayudar e incentivar a éste tipo de empleados, ya que son elemento clave en el futuro de la empresa. Para ello deberíamos al menos:
-
Diseñar procesos específicos para detectarlos, algo que no es trivial ya que a menudo están actuando “por debajo del radas”
-
Ofrecer un apoyo y estructura especial, ya sea a través de un programa de intraemprendedores o de incubadoras de ideas internas…etc.
-
Establecer un entorno de trabajo que potencie la creatividad y la confianza, y donde las ideas puedan fluir
-
Crear una cultura de tolerancia al fracaso, donde se valore más la gente que (de forma controlada) se arriesga y crea que el que no hace nada.
-
Diseñar un proceso de valoración de ideas ágil, poco burocrático y con criterios transparentes, y sobre todo, que no obligatoriamente deba pasar por su superior
-
Reconocer el trabajo del intraemprendedor, dotándolo de visibilidad y reconociéndolo (aunque no es la principal motivación, es importante un reconocimiento… no necesariamente económico, pero sí tangible e importante ya que si no puede provocar justo el efecto contrario)
-
Ofrecer tiempo a los intraemprendedores para desarrollar mejor las ideas (ya que al principio cualquier idea es débil, como veíamos al hablar de los mantras de la innovación en Ideo)
Seguiremos hablando de los intraemprendedores en el futuro, ya que parte de mi actividad profesional se centra cada vez más en ellos… así que aprovecha:
¿QUÉ MAS QUERRÍAS SABER SOBRE EL INTRAEMPRENDIMIENTO? ¿QUÉ OPINAS?
Genial post Javier!!
Coincido plenamente con tus opiniones.
A destacar aquellas empresas que oyen cantos de sirena sobre el intrapreneurship, intentan llevarlo a cabo y lo hacen tan rematadamente mal (burocracia infinita, valoración anónima de las ideas por los “mentes privilegiadas”, feedback 0, etc.) que acaban con las ganas y la motivación de cualquiera con ganas de aportar en este sentido.
Pregunta: ¿Conoces ejemplos concretos de empresas que aplican con éxito la gestión del intrapreneurship?
Completamente de acuerdo, Vicente… es de esas cosas que, si no lo vas a hacer, casi mejor ni lo intentes. Conozco casos y empresas concretas en España con las que he trabajado, pero prefiero no dar nombres porque algunas están todavía en proceso…. pero sí, hay esperanza :-)
Aún así tienes abajo el ejemplo de otra miembro de la comunidad que nos cuenta el ejemplo de su empresa…
Gracias por comentar! :-)
Sin el compromiso de la Alta Dirección, im-prender es muy peligroso (algunos dirán que irresponsable). Ten en cuenta que eres incómodo (como bien dices) con personas y atribuciones concretas. Te van a acusar de meterte donde no te llaman. Porque dejarás en evidencia a otros que no están haciendo bien su trabajo.
Aún así, alguien con espíritu imprendedor siempre debe intentarlo. Lo contrario es rendirse ante la complacencia organizativa. Hay que intentarlo, y si terminas fuera, no pasa nada. Pero no dejes que maten tu voluntad de mejorar, innovar, evolucionar.
Totalmente de acuerdo, Rafa… y además ese compromiso debería ser explícito, claro y sobre todo, tajante, para que a nadie se le ocurra ignorarlo.
Y tienes razon, hay que intentarlo antes de darse por vencido…
Intraemprender forma parte del proceso natural del cambio en las organizaciones, sobre todo en las que necesitan urgentemente una renovación de sus pilares de trabajo para adaptarse al nuevo entorno. Si bien es cierto que la teoría es bien conocida por muchos comités ejecutivos coincido con Rafa que tiene que haber un apoyo explícito a este tipo de rol de tal manera que note cierto respaldo en la manera de actuar con el reto que tenga entre manos.
Tampoco conviene olvidar que todo es cíclico, y que lo que hoy se puede aplaudir como un acto de r-evolución en la empresa por parte de los intraemprendedores en otras etapas puede ser casi contraproducente: no nos engañemos, el intraemprendizaje está bien visto para arrancar el motor del cambio, pero una vez engrasada y puesta en marcha la máquina llegan los gestores de toda la vida para conducirla, cosa que por otra parte tampoco suele ser algo que apasione al intraemprendedor.
Eso si, hay que tener el detalle de avisar a los intraemprendedores para que se pongan en la acera o se dediquen a arrancar otro motor: no será la primera vez que acaben atropellados por sorpresa.
Me gusta el término r-evolución, David! Sin duda es algo cíclico, pero lo bueno es que ahora estamos en el mejor momento, en el punto donde hay más voluntad…
Ya hablaba de ello en https://javiermegias.com/blog/2012/02/es-posible-crecer-y-seguir-siendo-una-empresa-innovadora-i/ sobre las oleadas de innovadores… y efectivamente, los comandos (emprendedores) y los burócratas no conviven bien.
Buen punto de vista!
Buen post, coincido totalmente contigo. Seguramente soy demasiado cínico (ya he pasado el nivel de ‘antigüedad’ que recomiendas :) pero creo que el intraemprendimiento sencillamente no funciona. Al final todas las ideas van a tener que ser aprobadas por ‘los dearriba’, unas personas que tienen un gran concepto de sí mismos, y que tienden a despreciar todas las ideas, bien porque no es suficientemente innovadora (ya lo están haciendo otros, hay competencia), porque es demasiado innovadora (no lo veo, eso ya lo hace alguien?, hay mercado para eso?), porque queda fuera del espacio de comodidad de la empresa, o porque en el fondo, subconscientemente, no se les ha ocurrido a ellos.
Trabajo en este área y he visto que esto sucedía en bastantes ocasiones (y sí, en un par de esas ocasiones el intraemprendedor era yo, de ahí la carga de cinismo). Así que quizás estoy extrapolando demasiado, pero pienso que en poquísimas empresas la alta dirección tiene el talante necesario para apoyar el intraemprendizaje, no de boquilla si no de forma real, y por eso salvo contadas excepciones todas están condenadas a convertirse en dinosaurios y morir, dejando el paso a empresas nuevas.
Buena reflexión Jox… aunque no coincido con algunas de las cosas que comentas. Creo que efectivamente el intraemprendimiento es muy duro y complicado, y muchas de las empresas que lo lanzan lo hacen con fines “estéticos”, lo que asegura su fracaso antes de nacer…
Pero también es verdad que hay algunas empresas que realmente ponen toda la carne en el asador y se atreven a salir de su espacio de confort… y acaban creando un espacio donde intraemprender es posible.
Muchisimas gracias por compartir una experiencia real y clara que nos advierte de los peligros de hacer las cosas a medias!
España tiene un problema de cultura laboral que hace imposible el intraemprendimiento. ¿Cuantas empresas conocemos en los que se den los 7 puntos comentados?, ninguna. ¿Cuantas empresas conocemos en las que los perfiles “incomodos” son las ovejas negras?, todas.
Hola Woz! Yo si que conozco algunas… son pocas y valientes, pero las hay, no lo dudes.. yo llegué a trabajar en una empresa donde el puesto “pepito grillo” estaba institucionalizado, y aunque incomodo se le escuchaba y hacía caso… No pierdas la esperanza! ;-)
Es una realidad sistemática y frustrante con la cual me siento identificada. Abandone mi último empleo porque aún cuando te dicen que aprecian lo que haces y que recibirás apoyo tanto en couching como en medios para concretar las propuestas, nunca es así. Aún hay mucho por hacer… Excelente post Javier.
Cierto, esa es la realidad de muchas empresas… que sólo han pensado la primera parte: ¿Cómo consiguimos que nuestros empleados nos des más ideas?, pero que no están realmente seguros de qué hacer despues… lo que a la larga desmotiva y genera justo la actitud contraria.
Espero que en tu nuevo proyecto tengas mucha mas suerte :-)
Bueno, voy a poner un poquito de esperanza, que todos los veis muy negro.
Mi caso es el de una empresa logística (mediana, 100 M€ de facturación, 2.500 empleados entre directos e indirectos) centrada en el mundo editorial (vaya futuro, ¿eh?)… desde dentro, hemos puesto en marcha un nuevo operador centrado en eCommerce, con un modelo muy diferente de la actividad existente, pero aprovechando la infraestructura logística y de personas.
Hemos cambiado el enfoque tecnológico (menos CPD y más cloud), la documentación (menos Word y más GApps) e incluso la organización (menos comité y más reunión de equipo)… el resultado ha sido poner en marcha una “nueva” empresa en menos de un año, operativa en 6 meses y que ya está facturando.
No he comprobado si cumplimos los 7 puntos, casi seguro que no. Pero en estos casos, yo creo que más que un entorno favorable (que sería lo ideal) es casi suficiente con un entorno no desfavorable. Y es verdad que ver las primeras señales del incendio ayuda a saltar hacia adelante.
David B. o Rafa M. ya conocen el ejemplo. Y es fácil de identificar. Si hace falta, lo aclaro en otro comentario.
Intuía que a alguien le darían esa oportunidad, pero no conocía un ejemplo. Se agradece.
El post de marras toca la fibra, pero los que pasaron el proceso estoy seguro de que se calientan solo de recordar lo que pudo ser y no fue.
Aquí es donde mi amigo Jesús me recordaría… busquemos un «afortunadamente», así que… afortunadamente esas situaciones ayudan a crear nuevos emprendedores.
Jeje, tienes razón David… yo también he sido intraemprendedor, de hecho en ambas situaciones (empresa que sólo lo hace de “boquilla” y empresa que de verdad apuesta), y si se hace bien es posiblemente una de las cosas que más te pueden ilusionar y llenar en una empresa…
Gran rayo de luz que nos has aportado, Rafa!! Mil gracias!
Creo que ese es el camino, y que aunque todo no sea perfecto las bases y la actitud están sentadas, lo más difícil e importante…
Así que mucha suerte!!!
Me ha encantado! Me quedo con lo de nunca perder la ilusión! :)
Genial! Esa es la idea Rocio, siempre hay oportunidades… :-)
Como siempre, un post lúcido, que comparto totalmente.
A pesar de ello, y seguro que eres de sobra consciente, la realidad es dura: durante mi etapa como emprendedor puse en práctica lo que preconizas en este post, en todo momento, con resultados excelentes.
Pero durante mis etapas como empleado sólo he conseguido ser el tipo idealista que persigue ilusiones cuando, por lo general, tan sólo aplicaba el sentido común para que las cosas se hicieran como debían, sin clientelismos internos. Generalmente el resultado conseguido era el siguiente:
1. Se cumplían mis peores vaticinios al no seguir lo que yo decía que era el camino más adecuado, sólo porque no era ni el más sencillo a corto plazo ni, desde luego, el más evidente.
2. Yo pasaba a formar parte del grupo de personas ‘sospechosas’ para ciertos personajes únicamente comprometidos con mantener sus privilegios internos.
3. Al final, y sin contar conmigo o conmigo ya fuera de la organización, se aplicaban las medidas por las que yo tanto había peleado, con resultados mucho mejores que los anteriores.
Conclusión: si lo que uno desea es ‘permanecer’ en ciertas organizaciones, mejor seguir sendas marcadas. Y emprender uno mismo cuanto antes si no está dispuesto a tolerarlo.
Eso sí, si uno encuentra un lugar bajo el sol donde se cumplan las reglas que has indicado y se permita ese camino de emprendimiento interno, debe de ser el paraíso. Yo, lamentablemente, no lo he conocido. Aün.
Gracias! Y si, tienes razón, es algo que la gran mayoría de las empresas no saben aplicar… se quedan con los signos externos, con comprar mobiliario de Ikea e intentar hacer una “oficina Google”, pero sin cambiar lo más importante: a ellas.
Dicho esto, yo te diría que no te rindas: si tu empresa no apuesta de verdad por la gente alejada del “status quo”, quizás sea el momento de buscar pastos más verdes. Porque si hay una palabra que me gusta de tu post, y que deja claro el espíritu emprendedor, es la ultima: AUN. SUERTE
Gran post, Javier!
Creo que es en la película Cadena Perpetua (no estoy seguro) que el protagonista, un preso, consigue escaparse de la cárcel tras muchos años de esfuerzo, cavando un agujero con una simple cuchara, metiendo la tierra en los bolsillos y vaciándola en el patio discretamente. Ojo que el símil está en el trabajo duro y discreto del día a día, pasando desapercibido, ¡no en escapar de ningún sitio! (que podría ser).
En mi humilde opinión, así es en la práctica muchas veces el intraemprendedor. No va como elefante en cacharrería, haciéndose notar y poniendo la opinión y criterio de los demás en tela de juicio. Con la cultura empresarial que tenemos en España (coincido con los demás comentarios), es mejor seguir “la estrategia de la cuchara” del preso.
Si lo que se quiere es conseguir resultados, hay que sacrificar muchas veces el reconocimiento por la labor en segundo plano, discreta. Y no todo el mundo tiene el carácter para ello (con el tiempo, las tragaderas tienen que ir aumentando).
En la línea del resto de los comentarios, me temo que en España no tenemos una cultura de intraemprendimiento. La razón esencial, como apuntas, es el miedo al fracaso. Miedo corporativo. Miedo “personal” de la dirección. Etc etc etc
En este contexto, un intraemprendedor lo tiene complicado para sobrevivir solo. Tiene que asociarse con otros de ellos, sentirse comprendido y apoyado, formar equipo para sacar las cosas adelante. Hay muy poca gente que reúna todas las características necesarias para sacar un proyecto en esas circunstancias: visión de negocio, comercial, vender la idea, conocimientos técnicos (aunque sean mínimos), … Y si la hay, probablemente prefiera volar en solitario.
Pero es solo mi opinión, claro …
Un abrazo,
Ángel
Has dado con un punto muy aplicable y muy real: si la empresa de verdad no se cree el intraemprendimiento, es mejor estar por “debajo del radar” hasta el último momento… pero es una pena.
Hay una reflexión muy interesante en tu comentario: el intraemprendedor no es John Wayne (Solo ante el peligro), sino que tiene primero que vencer, convencer y sumar a su entorno, de forma que sea una “revolución silenciosa” que no quede más que aceptar (facil de decir, difícil de hacer).
Además creo que es valioso tu otro punto: a veces lo único que falta es la formación en habilidades y competencias, algo que desgraciadamente hoy en dia es poco habitual (el que es técnico es muy técnico, y el que es de negocio es muy “de negocio”)….
Gracias Angel! Unos puntos muy interesantes! Espero que pronto escribas algo sobre ello en tu estupendo blog http://elmiracielos.wordpress.com/
Gracias Javier! Te recojo el guante. He incluido una breve reseña (¡poco más se puede añadir a lo que ya se ha escrito aquí!) en el blog, a raíz de una frase de Maquiavelo, que viene al cuento.
http://elmiracielos.wordpress.com/2012/10/31/no-hay-nada-mas-dificil-de-emprender/
Un abrazo!
Muy buen post creo que describes sencilla y magistralmente ese perfil o rol de intraemprendedor o “generador de cambios” en el seno de una institución, respecto al cual yo echo en falta entre los factores la cualidad de impulso, motivación y cooperación en el trabajo de equipo (que siempre se da por evidente). Aunque se ciñe al contexto empresarial muchos pensamos que ese mismo rol se intenta poner en práctica en el seno de algunas administraciones públicas, a pesar de las enormes dificultades para su desarrollo. Y, al igual que otros comentarios anteriores, creo que tampoco se dan las condiocines y el clima necesario en la mayoría de empresas para su potenciación (también puede expresarse más en determinadas tipologías de empresas más vinculadas a la innovación, la comunicación o las TIC, frente a otras de otros ramos menos punteros). Al igual que otros amigos y compañeros empleados públicos, yo me siento muy identificado con ese perfil que describes. Y algunos ya lanzamos hace un tiempo un manifiesto que, en cierta forma, atraviesa esta actitud y estilo de intraemprendedor, muy ligado a las ideas de transparencia y gobierno abierto: Manifiesto Funcionarios Emprendedores http://funkzionatas.wordpress.com/manifiesto/
Ahora bien, la clave no reside solo en la capacidad de “aguante” o “militancia en el servicio público” que intentamos llevar a la práctica diariamente bajo ese prisma (intentando desarrollar algunos de esos factores que señalas), sino el reto de que se potencie “ayudar a incentivar” y “detectar” a estas personas en el ámbito de la administración pública. Los puntos 3 al 6 son fundamentales: Establecer un entorno de trabajo, Cultura de tolerancia al fracaso, Proceso ágil de valoración de ideas, y Reconocer el trabajo.
Sobre ese artículo ha hecho un breve resúmen Óscar Cortés intentando extrapolar estas ideas al ámbito de las AAPP: http://i-publica.blogspot.com.es/2012/10/itraemprendedores-publicos-escondidos.html
Enhorabuena por tus interesantes aportaciones.
Gabriel Navarro
Hola Gabriel! Tienes toda la razón, Ángel lo ha mencionado en el comentario anterior, y el factor de cooperación y motivación en equipo es clave.
Estoy más que de acuerdo, y de hecho soy un firme defensor (y admirador) de que en las instituciones públicas se puede intraemprender e innovar al igual que en las privadas (soy gran fan del manifiesto de los funcionarios emprendedores, enhorabuena, no paro de recomendarlo!)
Gracias por el puntero al artículo de Oscar, que me parece esencial… y sobre todo, mucho ánimo y todo mi apoyo para el trabajo que estais haciendo!
Coincido plenamente contigo Javier, y también con la mayoria de los comentarios publicados por otras personas.
Soy de la opinión de que los intraemprendedores resultamos “incómodos”, no sólo para los de arriba (por motivos que ya han comentado otros) sino también para los compañeros. Hay mucha gente “apoltronada” en su forma de hacer las cosas y cualquier cambio les supone un trabajo que no están dispuestos a asumir; entienden que les corresponde a los de arriba pero no a ellos (por lo tanto no entienden que todos son los que constituyen la empresa y no son una mera herramienta. Es más fácil quedarse como están y quejarse, que bastante difíciles están las cosas como para intentar algo…
Falta total de cultura innovadora y sobre todo y con la presión de los objetivos, pararse un momento a analizar un cambio de gestión.
Habrá empresas que estén empezando a considerar todo ello, como bien dices Javier, pero desgraciadamente en este país somos muy lentos para actuar y pensamos que todos estos cambios están muy bien, para los demás? pero que aquí las cosas se hacen de un modo diferente.
No obstante, no pierdo la esperanza en absoluto y me siento identificada con el carácter de intraemprendedor… el tiempo dará la razón de una manera objetiva a aquellos que se atrevan a cuestionarse a sí mismos y por tanto a su manera de hacer las cosas.
Buen punto de vista, Mavi… efectivamente se produce una cosa curiosa con los intraemprendedores: por un lado son movilizadores de la gente que estaba harta del “siempre se ha hecho así”, a los que inspiran… pero también se convierten en enemigos del perfil “apoltronado”, lo que no es fácil de gestionar.
Y sí, estoy convencido que, aunque cueste verlo, la realidad es que vosotros sois la clave y futuro de las empresas del pais… así que:
GRACIAS!
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Llego tarde al “debate” intraemprendedor que se ha organizado entorno al post de Javier, pero no para suscribir el testimonio de Rafael Gil con su último intraemprendimiento, ni para adherirme a los comentarios de Montoya y Bartolomé.
Otro “sufrido” intraemprendedor. (Sarna con gusto no pica)
Jeje, pues si… :-)
Hola Javier, en primer lugar enhorabuena por el post.
Estoy haciendo una investigación sobre el tema y hay una parte muy importante que no se contempla en el artículo.
Qué tipo de modelos de negocio y relaciones entre empresa y empleado surgirán como resultado del intra-emprendimiento?? Es decir, cómo será el reparto de riesgo, reparto de beneficios, relaciones contractuales…
Conoces algún ejemplo o web donde pueda ampliar información sobre este tema??
Saludos y gracias
Hola Adrián!
Jeje, has pinchado en hueso! Ese es uno de los puntos oscuros más habituales en la mayoría de las empresas. En lo que toca a retribución sólo conozco una empresa que realmente haga cierta “compartición de beneficios” con el intrapreneur, la mayoría optan por seguir con el mismo estilo de relación contractual y por otorgar algún premio de importe fijo al empleado promotor de la idea.
No tengo referencias de ningún sitio que trate el tema, sorry…
Saludos!
Estaría muy bien que ahondes en el tema de “perder la ilusión”: causas, consecuencias, posibilidad de recuperarlas, etc.
Gracias Germán, le doy una pensada :)
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