A veces olvidamos los principios básicos de la estrategia, que nada tienen que ver con innovadores modelos de negocio o estrategias ágiles… y si mucho que ver con el sentido común, los objetivos claros y el esfuerzo. Uno de los efectos tristemente mas habituales de este olvido es cuando la empresa se comporta como un pollo sin cabeza, sin rumbo ni dirección ¿por qué?.
En gran medida y según mi experiencia este comportamiento se deriva de la incapacidad para decir que no.. porque no lo olvidemos:
Saber dirigir es decir que no a muchas cosas para concentrarnos en unas pocas
Desgraciadamente y por contraposición en muchas empresas impera la estrategia del pollo sin cabeza, donde los objetivos, métodos y caminos cambian de forma continua, debidos a una importante falta de foco y porque sus directivos suelen caer en alguno de los siguientes “pecados”:
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Desconocer el destino: Si bien es habitual que los primeros ejecutivos de cualquier empresa (sea una gran multinacional o una innovadora startup) tengan claro en términos generales su objetivo, en muchos casos sólo se tratan de ideas imprecisas y subjetivas sobre lo que se quiere conseguir (“ganar más dinero”, “incrementar el margen”, “internacionalizarse”).
Si no tenemos claro nuestro objetivo y lo que “queremos ser de mayores” de forma más o menos precisa es prácticamente imposible que consigamos trazar un camino claro y coherente, y por lo tanto nos dejaremos distraer por otros caminos más o menos atractivos… pero que posiblemente no nos lleven a ninguna parte. Como nos enseñaba el Gato de Chesire:
Gato de Chesire, ¿podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
Eso depende en gran parte al sitio al que quieras llegar -dijo el Gato.
No me importa mucho el sitio -dijo Alicia.
Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes -dijo el Gato -
Dejarse llevar por las modas: Quizás uno de los errores más funestos derivado del punto anterior es el del líder “caza tendencias”… y no en su lectura positiva. Es desafortunadamente cada vez más habitual encontrar a directivos que en lugar de usar su propio criterio y sentido común respecto a la dirección que debe adoptar su empresa actúan a modo de veleta, y se dejan llevar por la tendencia más actual del momento escuchada en la última conferencia o libro revolucionario: outsourcing, insourcing, deslocalización, internacionalización, marketing ganado, social media… Ninguna de ellas tiene nada inherentemente bueno o malo, la clave es saber si sirven a los objetivos de la empresa o no .
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No saber decir “no”: No nos engañemos, no hay nada más desagradable que decir que no, sobre todo a personas que aprecias o cuya opinión respetas. Si eso lo juntamos con una cierta debilidad de carácter nos encontramos con un directivo pusilánime que, por no pasar el mal trago de decir que no, da luz verde a prácticamente cualquier iniciativa que se le proponga (a veces sólo de un conjunto determinado de personas, pero el efecto es casi el mismo).
Y eso es un grave error, ya que por ahorrar una posible confrontación estamos poniendo en jaque el futuro de la compañía… y es que debemos recordar que a un directivo no se le paga para ser el más popular de la fiesta, sino para dirigir el timón. Eso no quiere decir, ni mucho menos, un estilo autoritario ni que las decisiones se tomen de forma individual, sino que una vez tomada una decisión hay que ser consecuente y avanzar en el camino, y no a la primera de cambio tomar un desvio.
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Lo que haga la competencia: Tristemente habitual son las empresas puramente reactivas, que en lugar de buscar dentro de sí su mojo y encontrar su propio camino se sienten parte de un rebaño, y siguen/copian/hacen benchmarking del líder de su sector, imitando con 6 meses de retraso sus decisiones estratégicas… sin tener en cuenta que lo que para una compañía puede ser una estupenda estrategia, para otra, aunque similar, la puede hundir.
Tenemos que encontrar el valor de tomar nuestro propio criterio, y como suelo decir, de ser diferentes en lugar de mejores
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Oportunismo: Quizás uno de las más sutiles formas de evitar renunciar a algo es la del oportunista, que según se encuentra con algo por el camino, en lugar de simplemente renunciar a ello, lo intenta incorporar a su viaje de una forma más o menos burda y artificial, (algo muy diferente de la hibridación, que se basa en innovar obteniendo valor a base de unir dos elementos a priori disjuntos). Un amigo mío lo explica con el ejemplo del PimiKiwi:
Imagina que andas tan feliz con un pimiento en la mano, necesario para lo que estás haciendo… pero alguien te ofrece un Kiwi, muy sabroso y sin duda rico pero que no te hace ninguna falta. El oportunista en lugar de declinar amablemente el ofrecimiento lo acepta gustoso, y luego intenta hacerlo encajar con el pimiento (que sí era necesario) para crear un PimiKiwi, algo absolutamente inútil pero que el oportunista ahora se esfuerza en justificar como mucho mejor y necesario.
Todo esto no quiere decir que debamos obcecarnos en perseguir un objetivo pase lo que pase de forma rígida, ni mucho menos. Lo que quiere decir es que tenemos que tenemos que aprender a distinguir qué nos ayuda a llegar a nuestro objetivo y que, por interesante que sea, nos va a llevar a encontrarnos con un PimiKiwi en las manos.
¿QUÉ OPINAS?
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Como siempre Javier, muy interesante y práctico. Siempre aprendo buenas lecciones contigo :)
Gracias! Es un honor :-)
Leyendo el artículo me ha venido a la cabeza uno que leí ayer hablado de la estrategia de Mercadona, que habla justo de eso, de tener claro hacia donde quieres ir, incluso cuando los demás no son capaces de ver hacia donde va tu estrategia y la critican. Dejo un enlace por si a alguno le interesa http://www.emiliollopis.es/mercadona-a-branding-company/
Muy interesante David! Es algo en lo que creo a pies juntillas, y muchas veces puedo no estar de acuerdo con la elección de destino, pero admiro y respeto el tenerlo claro :-)
Excelente Javier, gracias por compartirlo.
Gracias a ti por comentar :-)
Cuando una empresa comienza a ser medianamente grande parece casi imposible que no se produzca el efecto “pollo sin cabeza” en alguna ocasión. O en muchas!
Muchos mandos intermedios viven cagados pensando en llegar a los objetivos, quieren salvar su culo y eso provoca que la organización funcione como una marioneta en la que cada departamento mueve hilos a su propio ritmo.
En suma, culpa del líder, que contrata a supervisores mediocres sin aptitudes ni actitudes para gestionar equipos, con la convicción de que “él tiene ojo para las personas”, de que “a él le bastan cinco segundos para calar a la gente”.
Bullshit.
¿Tendría razón finalmente Steve Jobs cuando insistía en que lo más importante era no contaminar a los A players con B and C players?
Gracias por el comentario! El problema como muy bien apuntas suele estar en uno de los puntos más complicados y críticos: los mandos intermedios. Cuando son cortoplacistas y únicamente piensan en hacer crecer su chimenea, mal vamos.
Respecto a los players A, he dado muchas vueltas al tema ya que no es tan sencillo, pero me inclino a pensar que sí, que la clave es ser muy exigente con la selección y posterior carrera profesional de la gente…
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En mi opinión, es muy importante que los mandos intermedios sepan exactamente cuál es su función, sepan coordinar equipos y sepan tratar con los jefes, pero que no tengan excesiva presión en sus espaldas para cumplir objetivos imposibles. Sól ode esta manera puedes llegar a ser un buen mando…
Luis
Hola Luis! Estoy de acuerdo, pero a veces esa excesiva definición de puesto se usa como excusa para no crecer, atender aspectos importantes que “estrictamente” no están dentro de sus funciones y en definitiva, quedarse cómodos.
Con lo que estoy totalmente de acuerdo es con la necesidad de establecer objetivos desafiantes pero realistas y “cumplibles”… aunque cada dia es más complicado dado que un objetivo a 1 año vista es muchas veces una entelequia
Gracias por el comentario!
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interesante,gracias
A tí Julio :-)
Muy interesante Javier, en tus números :)
Gracias David!
Sugerencia: ¿Estas pensando en alguna especie de libro que resuma cuáles son los pasos a seguir y a evitar? Un resumen de tu capacidad como artesano de empresa.
Hola Gabriel! No acabo de entender a qué te refieres…?
Lo siento por mi oscurantismo. Me refiero a una especie de mapa que trazaría los pasos a seguir para que alguien como yo que está intentado emprender pueda seguir. Qué hacer y qué no hacer. Imagínate una historia de Paco que quiere montar una empresa de cualquier cosa. Pues algo así como contar una historia novelada de que hacer para montar su empresa.
Sólo es una idea. Nada más.
Ah! Ahora mucho más claro!
Ese libro “está en el horno” ;-)
Hola Gabriel
yo te recomendaria “el libro negro del emprendedor” de Fernando Trias de Bes , esta dirigido para todos aquellos personas cualquiera que sea su profesión y que deseen empezar un negocio , te habla acerca de todo lo que no debes hacer .
el link para que leas un resumen del libro.
http://www.slideshare.net/rubendarioarce/el-libro-negro-del-emprendedor
Como siempre en el centro de la diana :) Gracias
Gracias Jorge!
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Javier, no creo que los problemas que comentas estén originados por no saber decir NO. Desde mi punto de vista tiene más que ver con una falta de claridad de ideas y de saber que se quiere. Por otra parte, como me parece indicas al final, tampoco hay que obsesionarse mucho con una estrategia si el sentido común nos recomienda revisarla.
Hola Ramiro! El NO es un agravante en mi opinión de un problema de falta de objetivos, pero sigue siendo un problema importante, ya que requiere criterio y carácter saber decir que no aun teniendo claros los objetivos…
Gracias por tu comentario! :-)
Ciertamente esto que cuentas acerca de los objetivos considero que es un buen momento para plantearnos su validez o no. Curiosamente y, es mi opinión, lo que hace que la gente que no tiene poder de decisión naufrague es porque considera que esto es verdad y tiene que ser así. No obstante, si cambiamos la creencia de que el mercado está como está, que los líderes han de adaptarse con rapidez en razón a la tempestad del mismo, asumimos que es una necesidad de mercado y que vamos a tener que lidiar con esa inestabilidad, no consideras tal vez, ¿qué encontremos más recursos propios de cada una de las personas que componen la organización y se les facilite aportar de forma más creativa y positiva?
Hola Lourdes! Aunque me gustaría estar de acuerdo, en mi experiencia la inestabilidad es la realidad con la que nos va a tocar vivir durante bastante tiempo… así que deberemos convivir con ella. Dicho esto, creo que es una buena reflexión, ya que si en la situación actual no ponemos el acento en las personas y en su creatividad, la labor de quien lidere será imposible.
Gracias por comentar!
Opino lo que hay que opinar. Obvio. Que ante todo vale el sentido común, ese sentido dice si se puede mezclar todo lo que sale al paso para no desviarse del objetivo.
Jeje, me alegro de que sea obvio…porque como sabes, el sentido comun es el menos común de los sentidos :-)
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