Sacrificar las vacas sagradas: Productividad, costes y el valor del cliente

World on the edge (Economist) El contexto económico en el que nos movemos en los últimos tiempos está obligándonos a cuestionar verdades que considerábamos dogma hace solo unos años…. No ayuda el hecho de que los costes productivos de Europa siguen creciendo (de media, la mano de obra en Europa supone un coste de 12€ / hora, mientras que en Chindia está rondando los 0,4€ /hora). ¿Deberíamos entonces seguir quejándonos amargamente de la “mala calidad” que tienen sus productos, y de sus costes, contra los que no podemos competir? (Mas de uno parece que olvida que hace 30 años los “chinos” éramos nosotros para los Alemanes… ¿o Ford decidió poner su fábrica en Valencia por lo sabroso de sus paellas y su agradable clima?)… Debemos sacudirnos el pesimismo y apatía que empiezan a inundar a la sociedad y reaccionar.

Creo que precisamente, y siguiendo el ejemplo anterior, deberíamos dejar de intentar ganar una batalla perdida y estudiar con atención cómo lo hicieron los Alemanes (o los Finlandeses, o más recientemente Corea del Sur) y apostar por el tan cacareado “cambio de modelo productivo”….

Este es un camino que desgraciadamente dejará a mucha gente en la cuneta (los que no quieran o puedan cambiar), pero que tendremos que recorrer nos guste o no…. Para acabar de ilustrar la inevitabilidad de este proceso, os muestro unos cuantos gráficos que creo son concluyentes sobre el futuro que nos espera, y que utilicé en mi charla sobre “Las TIC y la Innovación en una Economía Globalizada” dentro del XII Curso de Pensamiento Contemporáneo (mapas estupendos que podéis encontrar en WorldMapper):

Diferenciarse o morir

Diferenciarse o morirEl mercado ha cambiado. Los clientes han cambiado. Incluso nuestros empleados han cambiado…. Y no vale de nada lamentarnos sobre los “viejos buenos tiempos” perdidos, no van a volver. Las personas que, en alguna faceta de nuestra vida profesional debemos actuar como líderes, tenemos la obligación y responsabilidad de asumir este cambio, dejar de quejarnos y actuar.
 

Mi padre me decía cuando empezó la crisis que iba a ser un estupendo ejercicio para nuestra generación, ya que nos habíamos acostumbrado a gestionar la abundancia (de clientes, de proyectos, de financiación…), y nuestra prueba de fuego sería el aprender a gestionar la escasez.

Inevitablemente va a haber muchas bajas por el camino, pero los que consigan sobrevivir a esta crisis no solo saldrán más reforzados (consecuencia de una estructura de costes más ligera y una manifiesta capacidad de adaptación) sino que competirán en un mercado con menos competidores (aunque posiblemente más grandes, debido a los procesos de concentración). Este proceso lo podríamos asimilar al principio de supervivencia del mas apto enunciado por Charles Darwin (Geoffrey Moore, autor del estupendo “Crossing the Chasm”, amplia el tema en su libro “Dealing with Darwin)

Y para conseguir ser los más aptos y sobrevivir, lo primero que debemos hacer es plantearnos cómo nos está afectando estructuralmente la crisis.

Tomar mejores notas en las reuniones

Tomar mejores notas en reuniones En los últimos tiempos se han desarrollado estupendos métodos para mejorar la organización personal, desde el imprescindible GTD (“Getting Things Done” / “Organízate con eficacia” de David Allen, del que soy un firme defensor y practicante, y que todo el mundo debería conocer) hasta ZTD (“Zen To Done”, de Leo Batuta)… pero hay un área en la que todavía nos movemos con dificultad, y en mi experiencia, no sabemos abordar: tomar notas en reuniones de forma efectiva (y eficiente).

Este asunto creo que es de especial importancia por las implicaciones en la productividad que tiene, ya que es tristemente habitual que tras unos cuantos días lo sucedido en la reunión esté envuelto en una niebla, y no recordemos exactamente a que nos comprometimos, que es lo que le interesaba al interlocutor / cliente o incluso información de referencia potencialmente útil más adelante.. Esto es especialmente cierto y relevante cuando estamos hablando de negociaciones, dado que en negociaciones complejas es muy recomendable incluir las notas de reuniones en el dossier, lo más detalladas posibles y que no sólo representen los aspectos objetivos sino también los subjetivos (reacciones, posturas..etc.).

Idealmente, y cuando se trate de reuniones vinculadas “contractualmente” a un proyecto, debemos procesar posteriormente las notas y reflejarlas en un acta, donde se registren principalmente los cambios, ya sean nuevas acciones, tareas a desempeñar, información adicional a suministrar o elementos que se han desestimado… y este acta (idealmente) deberá ser firmada por cliente y proveedor.

En general, las notas de una reunión deberían reflejar al menos los siguientes puntos:

Números y estadísticas no siempre representan la realidad

53621_3258-1 Menuda perla de titulo. Parece que avanzo concienzudamente en mi camino para convertirme en “maestro de lo obvio”, figura de la que da habida cuenta Scott Adams en su magnifico libro “El principio de Dilbert”.

Hace algunos días discutía con un compañero sobre las medias de desviación en horas de ciertos proyectos y, aunque parecían prometedoras, a mi no acababan de convencerme. Tras hacer un rato de espeleología algebraica, descubrimos que las medias eran completamente correctas… pero que inducían a engaño. A raíz de esta discusión se me ocurrió hablar sobre ello aquí y proponer una serie de reglas “mínimas” a aplicar cuando alguien ofrece un conjunto de datos, ya sea en porcentajes, gráficas u otro medio. Alegaré en mi defensa que no tengo conocimientos de estadística más allá de los normales, y que este planteamiento va orientado eminentemente a la práctica sencilla.

La realidad es que en nuestro día a día manejamos cada vez más datos agregados, calculados muchas veces utilizando fórmulas que no conocemos, y que son la base sobre la que debemos tomar decisiones de cierta importancia… Los datos en sí no son malos, ni aunque no sean completamente precisos. En mi opinión, es más importante que un dato sea significativo (representa lo mejor posible la realidad que pretende mostrar) que preciso (el dato mide la realidad sin ninguna desviación).

Una anécdota para ilustrarlo:

Gestion de Riesgos en Proyectos (II)

Gestion de Riesgos en Proyectos Tal como veíamos en el post anterior, la gestión de riesgos es una de las actividades clave de la Dirección de Proyectos, y en muchos casos una de las que menos atención reciben.
Tras plantear cómo se van a gestionar estos riesgos, el primer paso que debemos acometer es su identificación. Anteriormente hablamos de la necesidad de identificar el riesgo, entender las causas que los originan, clasificarlos… pero no profundizamos en el detalle.

Existen varias técnicas para identificar a que riesgos se enfrenta el proyecto, y que serán utilizadas en base al tamaño del proyecto, experiencia previa en proyectos similares, madurez de la organización …etc:

  • Tormenta de Ideas (BRAINSTORM):  Técnica clásica, en la que se prentende obtener un número alto de ideas creativas en un entorno más relajado. Su característica más interesante es que el juicio de las ideas emitidas se realiza al final, intentando que éste no condicione a otras posibles ideas relacionadas.
  • Análisis DAFO (SWOT): Una técnica heredada del entorno de gestión estratégica y marketing, y cuyo objetivo es plantear el estudio desde los puntos de vista que lo caracterizan: Interno (Debilidades y Fortalezas) y Externo (Amenazas y Oportunidades)
  • Técnicas Delphi: Básicamente consiste en consultar de forma anónima a un grupo de expertos en el tema sobre los riesgos que ellos consideran posibles, y con las respuestas se realiza una nueva ronda hasta que los riesgos están perfectamente caracterizados. Útil para entornos donde puede haber reacciones negativas de la interacción de los implicados (por ejemplo, implicando a varias capas organizativas).
  • Entrevistas: Método clásico, utilizado sobre todo cuando ya existe cierto conocimiento sobre los riesgos internos del proyecto, pero no sobre los específicos al proyecto a abordar.

Productividad bien entendida

Productividad Todavía sigue siendo trístemente habitual escuchar directivos que arengan a su gente diciendo que deben aumentar su productividad y, por tanto, alargar su jornada laboral… o que hablan de reducir la plantilla para mejorar la productividad de su área.
Este es un tema que me preocupa tanto a nivel profesional como personal, ya que mientras no empecemos a entender correctamente la productividad como un todo y sepamos valorar todas las palancas que nos permiten mejorarla, seguiremos como pais a la cola de Europa y teniendo una pésima conciliación personal-profesional.

Lo primero que me gustaría es establecer unas bases comunes sobre las que empezar a hablar sobre este tema, y para ello deberíamos encontrar una definición de productividad que nos satisfaga. Antes de abordarla desde un punto de vista más macroeconómico, pienso que deberíamos centrarnos en la visión empresarial. Para mi una de las definiciones más claras es aquella que dice:

“la productividad es la relación entre los recursos invertidos en producir algo o en prestar un servicio (lo que técnicamente se llaman insumos) y la producción obtenida.

¿Gobierno? de las TI

BrujulaNo cabe duda que el sector de las TI está sometido a los caprichos de las modas y las buzzwords… pero ¿representa el “Gobierno de las Tecnologías de la Información” (o IT Governance) una nueva moda?. En mi opinión no, mas bien se trata de ponerle nombre a un conjunto de prácticas necesarias que desgraciadamente no han sido en general incluidas en las estrategias de gestión de los CIO.

El Gobierno de las TI es una parte integral del Gobierno Corporativo, e implica alinear los procesos y recursos de TI con los objetivos de la Organización.  Este punto, que resulta sencillo de incluir en cualquier definición de objetivos, es el autentico núcleo de una estrategia de TI con éxito…. porque no se debe olvidar que el sentido y la razón de ser de las TI en la mayoría de las empresas es aportar valor al negocio de la compañía, y no solo darle soporte.

Y en la definición anterior, la clave es “alinear“. Si recordamos nuestra época de estudiantes, existía un concepto que dejaba muy claro el sentido de esta palabra: la resultante de fuerzas. Este término, expresado de forma sencilla, describía la dirección y fuerza global resultante al tomar como conjunto una serie de elementos dispares. En el caso de  que nos ocupa, relativo al gobierno de las TI, se refiere a hacia donde “tira” cada una de las áreas de una Organización, y habitualmente toma esta forma:

El poder del silencio

SilencioHace ya un buen número de años tuve una magnífica profesora de comunicación que afirmaba que, cuando estuvieramos haciendo una presentación en público, o negociando, deberíamos “utilizar el silencio como un látigo”. Este consejo en su momento me pareció simpático, pero según pasa el tiempo lo encuentro más util.

Aunque resulte paradójico, el silencio es uno de los elementos más poderosos que debemos manejar en nuestro repertorio de habilidades de comunicación. El principal beneficio de que mantengamos silencio es doble: por un lado nos obligamos a escuchar (que es mucho más importante de lo que parece, ya lo comentaremos en otro momento) y por otro lado, no hablamos nosotros (y por lo tanto, reducimos el riesgo de decir alguna inconveniencia).

El silencio como técnica tiene dos entornos de uso principales:

  • Presentaciones: El uso adecuado del silencio cuando estamos realizando una exposición en público ayuda de forma importante a captar el interés del auditorio, y rompe el ritmo de nuestro discurso. Su uso está especialmente indicado cuando queremos recalcar el interés de algo, o hacer pensar a la audiencia: exponemos la pregunta o comentario, cerramos la boca, miramos al público a los ojos durante al menos 3 segundos, y continuamos. Os recomiendo las primeras veces que lo hagais hacer la cuenta mental y morderos la lengua, ya que si vamos “lanzados” es dificil partir el ritmo.

Gestion de Riesgos en Proyectos (I)

Gestion de Riesgos en Proyectos
En mi opinión, uno de los grandes olvidados en lo tocante a la Dirección de Proyectos es, sin duda, la Gestión de Riesgos…. y eso a pesar de ser una de las disciplinas que más impacto tienen en el éxito (o fracaso) del proyecto. En mi opinión, su uso es lo que diferencia a un buen Director de Proyectos de uno malo.

La gestión de riesgos se ha asociado históricamente a la Seguridad de la Información, y en este contexto se entiende que el riesgo es la “probabilidad de que una amenaza se materialice sobre un activo explotando una vulnerabilidad y produciendo un impacto”

En la gestión de proyectos, la definición varía ligeramente, dado que se entiende como riesgo cualquier “evento incierto, que de ocurrir afectaría positiva o negativamente al menos un objetivo del proyecto (coste, tiempo, alcance)” es decir, al Triangulo de la Gestión de proyectos o triple restricción. Uno de los primeros aspectos que choca al CIO no iniciado en esta disciplina es el hecho de que un riesgo no es algo necesariamente negativo: puede ser un evento que, de suceder, mejoraría alguno de los objetivos del proyecto.

Por ejemplo, en un proyecto en el que se han comprometido un gran volumen de compras de material en Estados Unidos, uno de los eventos inciertos es el tipo de cambio del dolar. Y su variación puede ser negativa para los efectos del proyecto (sube el precio del dolar) o positiva (baja el tipo del dolar, con lo que nos gastamos menos que lo inicialmente previsto).